Prolegómenos de la Ocupación de Tarata
En este aspecto de los hechos reales de la guerra con Chile es necesario exponer los prolegómenos de la “Ocupación de Tarata”.
Después de las batallas consumadas en Tacna y el Morro de Arica, y mientras la expedición Linch marchaba a la costa norte para bloquear los puertos peruanos y destruir cuanto pudo, los ferrocarriles, aduanas y otras pertenencias nacionales y privadas a su libre albedrío, en Tacna algunas fuerzas peruanas que se habían replegado hacia Calana y Pachia después del desastre del Campo de la Alianza, los Coroneles Leoncio Prado, Gregorio Albarracín y el Cubano Juan Luis Pacheco de Céspedes en una acción militar coordinada atacaron a las fuerzas chilenas acantonadas en Tacna causándoles verdadero pánico y profunda reacción. Los chilenos con sus fuerzas superiores en hombres y armamentos contraatacaron desesperadamente y les obligaron a retroceder y escapar a las alturas de Tacna.
El Comandante Chileno alarmado por las continuas hostilidades de los guerrilleros de Tarata, organiza dos columnas de guerra para perseguirlos y exterminarlos en cuanto sea posible. Una columna de 3000 hombres a órdenes del Crl. Barboza y otra columna a órdenes del Mayor Juan de la Cruz Salvo compuesta de 1500 soldados. La columna de Barboza marcho en dirección a Tarata y la columna del Mayor Salvo marcha en dirección de Locumba y Moquegua.
El Crl. Barboza que avanzaba sobre Tarata en la quebrada de Tarucachi fue reprimido fuertemente por los guerrilleros que habían logrado engrosar sus filas con voluntarios Tarateños, después de un duro combate los chilenos mejor armados y disciplinados lograron vencer. Los guerrilleros se vieron obligados a fraccionarse y a tomar distinto caminos de retirada. El Crl. Leoncio Prado que había retrocedido hacia Tarata, muy pronto fue capturado y hecho prisionero después de un fuerte combate en las cercanías de la ciudad. Mientras tanto los guerrilleros que habían tomado la dirección de Chucatamani al mando del Crl. Gregorio Albarracín en un estrecho de las cercanías de Tala sorprendieron a las fuerzas chilenas que avanzaban quebradas arriba desde Sama, Coruca, Coropuro, Putina y Londaniza causándoles fuertes bajas, pero la superioridad de las fuerzas chilenas los hacen retroceder persiguiéndoles furiosamente. Fatalmente es este retroceso el Crl. Gregorio Albarracín que equivocadamente había tomado un camino sin salida que marginaba la acequia de regadío de Chucatamani al volver en el recodo de la cuesta de Sausini a poca distancia del pueblo fueron acorralados conjuntamente con su hijo el teniente José Rufino y hecho prisionero en la madrugada del 02 de octubre de 1882. Es allí donde el Gran Centauro de las Vilcas Crl. Gregorio Albarracín al intimidárseles que firme una capitulación por su enérgica respuesta a las voces insistentes de ¡RINDASE CORONEL!, les contesto categóricamente la frase que lo inmortalizo; “UN OFICIAL PERUANO NO SE RINDE JAMAS CON ORGULLO COMBATE Y CON HONOR MUERE EN DEFENSA DE SU PATRIA”... pasmados y enardecidos los chilenos por la respuesta deslumbrante, sin más ni más arremetieron sus lanzas criminales y lo degollaron ferozmente y llevando su cabeza en la punta de una lanza como trofeo de guerra hasta la plaza de armas de Tarata, donde puestos en contacto con la columna de Barboza celebran el triunfo y borrachos de odio y venganza, saquean, violan, matan y hacen de las suyas adueñándose de todo cuanto pueden como verdaderos vándalos sin freno ni compasión.
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